domingo, 23 de julio de 2023

 

El día del asteroide

De Wes Anderson


La nueva comedia dramática del director, nacido en Houston, Wes Anderson, es un roce bastante serio con el drama porque muestra el poder del Estado sobre la sociedad norteamericana. Su contexto se establece en la década de 1950, en un momento donde la Guerra Fría contagiaba a todos los espíritus de la época, con la paranoia de persecuciones políticas y que permitieron a los gobiernos destinar recursos ilimitados para desarrollar novedosa tecnología militar.

“Asteroid day” es una paleta de colores que ayuda a componer una obra audiovisual de formalidad bella, continuadora de un trabajo estético serio, en el cual, el cineasta texano expresa su arte del mismo modo que sus trabajos anteriores con un tema político trascendental. Sus colores amarillos, rosas y verdes, pintan un decorado de cuento de hadas en un contexto de guerra, en el que los militares toman decisiones arbitrarias como el confinamiento forzado de la población civil, aduciendo la seguridad nacional. Y la amenaza de Estado consiste en la visita de un extraterrestre que se aparece en medio de una congregación de visitantes a un pueblo de 87 habitantes, ubicado en las profundidades del desierto del suroeste estadounidense. Ante tal eventualidad, las fuerzas del orden se ponen en guardia generando un estado de vigilancia plena. En medio de ese estado panóptico, hay familias e individuos que tienen sus propios dramas. Una familia de un padre y cuatro hijos, ha perdido a su madre y aquel tiene dificultades para contar lo sucedido a los niños; pero el hijo mayor está más interesado en investigar la naturaleza de los sucesos alienígenas, junto a una jovencita que tiene los mismos intereses intelectuales que aquel, pero con un poco menos de ingenio. El padre, se enamora de una actriz depresiva que ensaya sus papeles metida en una tina de baño, al otro lado de la ventana, desde la cual establecen contacto visual.

Esta historia, a color, es el resultado de una obra teatral que crea un dramaturgo que se encuentra con el director. La realidad de los años 50´s se desarrolla en blanco y negro, como una caja dentro de otra más grande. Ambos universos en algunos momentos se comunican y en los dos se expresan los dramas internos de los hombres y mujeres que se encuentran dentro de ellos.

Son notorias las campanillas del reparto que tiene esta película. Todos los actores y todas las actrices son famosos. Tom Hanks, Jeff Goldblum, Adrien Brody, Scarlett Johansson, Tilda Swinton, Jason Swartzman, Brian Craston.

La crítica recurrente a la cinematografía de Wes Anderson tal vez es su mayor virtud, su notorio trabajo de acabamiento formal, versus su poco énfasis en lo narrativo. Los espectadores de sus filmes ya reconocemos inmediatamente su estilo, virtuoso, preciso y una imponente paleta de colores, que nos lleva a una pintura en movimiento. De sus encuadres creativos, sus simetrías estrictas, sus hermosos travellings que hablan de un trabajo escrupuloso de difíciles ejecuciones, podemos extraer un minucioso estilo con características uniformes que se repiten en cada uno de sus películas, hecho que es inevitable en un artista que lucha contra sus propias obsesiones, domándolas como un caballo de paso.

Los decorados cuentan con una meticulosidad admirable, de tal modo que los giros de 360 grados que realizan sus cámaras, muestran las locaciones del pueblo con su continuidad normal generando la sensación en sus espectadores de que semejante ambientación, es un conjunto de construcciones urbanísticas naturalmente puestas allí. El contraste estético adquiere coherencia con los caracteres y temperamentos de los personajes, que son proclives a expresar frases económicas, libres de arabescos, que alejan sus reacciones de personajes paisajísticos que existen en la realidad tal como la vemos. Las obsesiones de aquellos se funden con la formalidad estética. Pero el cuidado de los trazados estéticos, a veces obnubila las características de esos personajes que tienen un mundo psicológico propio, con ansiedades que exigen tratamiento.

Por eso, las críticas políticas y las críticas culturales que puedan extraerse de esta película, resultan invisibilizadas por los acabados estéticos. Los miedos de los personajes a situaciones apremiantes como la asunción de la responsabilidad por el cuidado de una familia. O el impacto de la noticia en los pequeños, sobrepasan las energías del padre. La amenaza extraterrestre, ayuda a paliar el conflicto, pero mientras los sucesos ocurren en la sociedad exterior, los personajes siguen atribulados. Los niños en la escuela no están motivados por los conocimientos impartidos por la profesora, pero rebosan alegría ante el baile que emprenden en medio de una clase. La soledad de un abuelo que decide viajar desde su rancho a recoger a sus nietos, muestra el abandono emocional de los ancianos en el panorama actual. La depresión evidente de una actriz que cuida de su pequeña hija, desnuda un ambiente de exigencias y presiones sociales hostiles a los actores de ese campo histriónico norteamericano. La crisis de creatividad que experimentan tanto el guionista como el director de la obra trasciende los universos temporales. La formalidad estética permanece del mismo modo  que la psicología comportamental de los hombres y las mujeres moldeados por una sociedad paranoica que tiene la firme convicción de mantenerse como la potencia militar y política más fuerte del planeta tierra.

Con “Ateroid day”, Wes Anderson reafirma su estilo. Inconfundible y preciso, hecho para sí, como lo siente y lo expresa y que a veces coincide con los gustos del gran público. Más allá de eso, nos encontramos frente a un creador auténtico.

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